Más que una competición, propiamente dicha, se trata de un encuentro amistoso, no exento de rivalidad, entre pescadores y también amigos de uno y otro lado del túnel del Negrón, o dicho de otra forma, de Asturias y León. La copa es un antiguo trofeo restaurado con un barniz oscuro que queda en poder, por un año, del equipo vencedor. Hasta la fecha el encuentro se ha celebrado en tres ocasiones y siempre el triunfo ha correspondido a los locales. El torneo del pasado domingo ha supuesto el desempate (2 a 1) con lo que la gran copa se quedará este año en León hasta el próximo que la competición se traslada al lago asturiano El Arenero.
El día acompañó plenamente. Fue una de esas jornadas, típicas del comienzo de la primavera, con fuerte helada nocturna que precede a un día soleado con cielo transparente y temperatura agradable. Estos días, magníficos para disfrutar del campo, no lo son tanto para efectuar una buena pesca. Truchas difíciles por la transparencia del agua y la ausencia de viento que rice la superficie. Pese a todo los 42 competidores, 21 de cada equipo, se afanaron consiguiendo muy buenas capturas. En el aspecto de la competición la norma establece que puntúan los diez primeros de cada escuadra.
De hecho los asturianos lo pusieron muy difícil, baste señalar que en el plano individual los tres primeros puestos fueron para ellos. Sin embargo, sumadas las puntuaciones de los diez primeros de cada equipo, León vencía por escasos once puestos. Como consolación Miguel Ángel Ronco, Carlos López y Pablo Robles, primero, segundo y tercero respectivamente, conseguían sus trofeos individuales. El premio al mayor número de truchas fue para el leonés Rafa Campano.
Pero tratándose de asturianos y leoneses no podía faltar una buena comida regada, primero con sidra y luego con un buen vino prieto picudo. Y que mejor menú que una monumental fabada, elaborada con todo esmero, a fuego lento y con leña de roble y abundantes ingredientes, el día anterior para que «cogiera sabor». Además el día magnífico, como ya queda dicho, permitió su degustación al aire libre en el cuidado césped de las instalaciones del lago que administra Deportes Marso.
Compañerismo y amistad de unos aficionados muchos de los cuales, este fin de semana, se encontrarán en los ríos asturianos que abren la veda en sus aguas no salmoneras.